Que todos los seres de todos los mundos sean eternamente felices.


miércoles, 27 de julio de 2011

XII

No me apures, negro. Yo tengo mis tiempos, vos los tuyos. No somos otra cosa que acompañantes, con vidas propias, con sentires propios, con reacciones distintas, con otra forma de cantar. Que mis actos sean míos, que los tuyos, tuyos. Que no te ofendan, que no sos mi juez, sino mi amigo; las opiniones cuán poco importan, vos y yo lo comprobamos. Amame igual, amame por sobre todo; amame sucia, triste, harta, nueva ó vieja. Amame siempre, porque siempre es mejor. El orgullo me lo como en una cuchara que hice de rencor, pasado y miedo. La duda te mata, y te roba el tiempo -precioso- que no se compra con billetes. Ni con viajes, ni con ser la más linda de todas. Los ojos valen más, los ojos brillan y reflejan lo que brota en el pecho, en este instante. Si te gana un poco de odio, la envidia, los celos, esa mentira de que estamos acá atados a algo. Es entonces cuando, yo, te pido que me pienses, que me abraces, que disfrutes, que salgas al parque a mirar las flores que te recuerdan a mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario