Que todos los seres de todos los mundos sean eternamente felices.


viernes, 7 de enero de 2011

Cuando pienso que prefiere cualquier cosa a encontrarte contigo mismx...

¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío? 
¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío? 
¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío? 
¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío?
¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío?
¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío?
¿Cómo es posible que pueda soportar ese vacío?  


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Llueve por dentro, y pone un disco de American football desde ahí mismo.
Un pedazo de loza me separa casi dos metros de esas gotas que caen desde muy arriba, como una ducha, que podría limpiarme ó ensuciarme más aún, ó dejarme llorando ó pensando en lo lindo que es entender que somos tan pequeños en el universo.
Pero no, no me mojo, no siento frío, siento dolor de cuello y fin. Acidez. Necesito una preocupación menos dolorosa que vos.
Desde que me leíste ese recitado los dolores se hicieron notar más fuerte, hasta que no me dejan disfrutar los días como lo venía haciendo. La paz que pude encontrar sólo se compara a las sonrisas de mis amigxs. Lxs mismxs que me arrancaron de la cama el día que pensé que no me iba a levantar. Para mostrarme lo que era la vida con amor, me plantaron una semilla en el pecho y la regaron todos los días. Pero también me enseñaron a regarla yo mismo. 
El desinterés por dar las dos manos y no sólo una.
Todo, todo sucedía a metros tuyos, y de tu libertad sin una gota de naturalidad.


Te moja la lluvia


 
Silencio,
"¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas amenazadas, nuestra única libertad posible? El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla; a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contra cara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela."






(E. Galeano)