La mente. Es la mente. Nada más que la mente. Ella, solita, puede hacerme aparecer en la vereda de enfrente un elefante. Ella es todo y maneja todo. Oh, necesitados estamos de cuidarla. Las veces que intento manejar mi cuerpo por separado, ya sea querer controlar una pierna, o lo que voy a decir, todo se vuelve en mi contra. Me olvido que si soy mente, soy más que este mundo material: soy Esencia.
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