Que todos los seres de todos los mundos sean eternamente felices.
A menos que haga algo consciente, algo intencional; a menos que construya un propósito que dé sentido a mi vida y a mis actividades; que logre algo inmutable en mí interior, algo que no cambie a pesar de las múltiples “etiquetas” que me atribuyen desde fuera a cada instante, seré como una vieja valija llevada para aquí y para allá por otros…
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