Por encima de las personas que piensan en nosotros están siempre las que no saben ni siquiera por qué no nos dicen que no les importamos, se empapa nuestra calle de barro y el camino que planeamos de sa p a r ece, se transforma a los libros en algo viviente, que nos devuelve todo lo que le damos, porque un libro es un libro, y una persona que no te quiere es una persona también.
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